Introducción a la Génetica
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La Genética es la ciencia que estudia la herencia biológica, es decir, la transmisión de caracteres de generación en generación.
Un carácter es cada una de las peculiaridades morfológicas y fisiológicas de un ser vivo, lo que se ve y lo que no se ve, tal como el color del pelo, de los ojos o la forma de la cabeza. Así también son caracteres el temperamento, los instintos, las habilidades innatas o la predisposición a determinadas enfermedades. Pero para que un carácter pueda ser transmitido, primero tiene que estar preservado, guardado en el organismo que lo transmite.
Todo lo que somos: animales o plantas; humanos, gatos, gorriones o tiburones; machos o hembras; blancos, negros, amarillos; pelos cortos o pelos largos; con predisposición a la diabetes o a las enfermedades cardíacas. TODO, está codificado y guardado en una molécula muy especial llamada ácido desoxiribonucleico ADN, que es la constituyente principal de unas estructuras de forma filamentosa llamadas cromosomas y que se encuentran en el núcleo de cada una de nuestras células. La característica más importante del ADN es que se puede replicar a si misma y es lo que le permite transmitir, de generación a generación, la información que tiene acumulada.
Cada especie animal o vegetal tiene un número determinado de cromosomas y éstos se encuentran en el núcleo celular por pares: cada miembro del par proviene de cada uno de los progenitores. Cada par de cromosomas es distinto a cualquiera de los otros: en forma, tamaño y estructura lineal, por lo que es posible identificarlos y determinar el cariotipo. Entre los pares de cromosomas hay uno que es el de los cromosomas sexuales: en los mamíferos las hembras tienen dos cromosomas X y los machos tienen uno X y uno Y.
Cromosomas Sexuales
Cada progenitor aporta, al azar, uno de sus dos genes a sus descendientes. En el caso de la hembra, esta aporta siempre un cromosoma X, pero el macho puede aportar un cromosoma X o uno Y, es por lo tanto quien determina el sexo de sus descendientes.
La especie humana tiene 23 pares de cromosomas y la Felis domesticus (nuestros gatos) tiene 19 pares, de éstos, 18 pares son autosómicos y uno es de cromosomas sexuales.
Cada molécula de ADN cromosómico está formada por millones de componentes llamados nucleótidos y las secuencias lineales de un número determinado de ellos, forman los genes, uno o más por cada carácter. Los genes son las unidades básicas de la herencia.
Muy a menudo se toman erróneamente como sinónimos los términos gen y locus. Locus o su plural loci, son términos situacionales y gen es un término funcional.
Un cromosoma tiene miles de genes. En general, cualquier carácter hereditario está determinado por lo menos, por dos genes: uno proveniente del padre y el otro de la madre. A cada una de las variaciones que puede tener un determinado gen se le llama alelo.
Los alelos son los genes que determinan un mismo carácter; también son llamados genes homólogos. Ejemplo: en el locus «largo del pelo», el gen pelo corto y el gen pelo largo, son alelos. Si existen varios alelos para un mismo carácter, se dice que forman una serie alélica. Por ejemplo: los genes color de pelo negro, color chocolate y color canela, forman una serie alélica.
Los dos cromosomas de un mismo par, son homólogos. Si el gen o los genes de ambos cromosomas se dedican a «fabricar» el mismo largo de pelo, sea largo o corto, entonces diríamos que el gato es homocigótico para el carácter «largo del pelo», pero si uno se dedica a «fabricar» el pelo largo y el otro el pelo corto, entonces el gato sería heterocigoto para el carácter «largo del pelo».
Herencia dominante y recesiva
Tanto en un par de alelos, como en una serie alélica, por lo general, uno de los alelos tiene mayor poder de expresión que el otro (o los otros), no le permite manifestarse. En este caso hablamos que es dominante con respecto a su homólogo, que es recesivo. Este es un concepto muy importante en Genética, con muchas implicaciones a los efectos prácticos: los alelos dominantes siempre se expresan, ya sea en homocigosis como en hererocigosis, sin embargo, los alelos recesivos sólo se expresan en homocigosis, es decir, tienen que estar en partida doble para poder expresarse. Usualmente, a los alelos dominantes se les escribe con letra mayúscula y a los recesivos, con minúscula.
Existen caracteres complejos que están determinados por más de un gen: algunos con efectos mayores y otros, con efectos menores. A estos últimos se les llama frecuentemente genes modificadores. Ejemplo de herencia poligénica es la que puede observarse en las carecterísticas de la cabeza de los gatos de raza Persa, en donde es evidente que muchos pequeños genes contribuyen en su estructura con cambios menores y que por selección se pueden segregar en líneas dentro de la misma raza. El largo del pelo es otro carácter influenciado fuertemente por la herencia poligénica.
Si ustedes viesen una foto de un gato Persa de principios del siglo pasado, posiblemente lo tomarían como la de un Semilargo de muy buena calidad. El gato Persa de nuestros días es producto de una larga y cuidadosa selección, en la que se han ido escogiendo como progenitores, ejemplares de pelos cada vez más largos y caras más achatadas, hasta alcanzar el estándar actual. Igual sucede con los Siameses, en donde los ejemplares clásicos más robustos y cabeza redonda, han sido desplazados por los de cabeza en forma de cuña y cuerpo más esbelto. Todo esto es producto de la herencia poligénica y de los genes modificadores.