Una leyenda budista sobre los gatos
Para el budismo, los gatos representan la espiritualidad. Son seres iluminados que transmiten calma y armonía y, por ello, suele decirse que quien no se relaciona bien con su inconsciente, nunca llega a conectar por completo con un gato ni entenderá tampoco sus misterios.
La verdad es que a nadie le sorprende saber que la figura de estos animales esté unida al budismo. Tanto es así, que en Tailandia existe una preciosa leyenda que ha trascendido en el velo del tiempo hasta convertir a los gatos en unos seres de paz e íntima unión en muchos templos de los países asiáticos. Es por ello que resulta muy común ver a los gatos dormitando y hechos un ovillo en el regazo de las múltiples figuras de Buda que orlan los jardines y los santuarios.
Los gatos ven mucho más allá de nuestros sentidos, entre sus horas de siesta y sus instantes de juego y exploración, ahondan en nuestra alma con su afinado olfato. Alivian tristezas y nos arropan con sus nobles y relucientes miradas.
A menudo, suele decirse que tener un perro es disfrutar del compañero más fiel que pueda existir. Algo totalmente cierto. No obstante, quien conoce el carácter de un gato siente que la conexión es más íntima y profunda, de ahí, que diversos monjes budistas como el maestro Hsing Yun, hablen del poder sanador de este animal. Te invitamos a descubrirlo con nosotros.
Una leyenda budista sobre los gatos, originada en Tailandia
En primer lugar hemos de saber algo importante. El budismo no está organizado en una jerarquía vertical, como ya sabemos, la autoridad religiosa descansa sobre los textos sagrados pero, a su vez, existe una gran flexibilidad en sus propios enfoques. La leyenda que vamos a mostrarte hunde sus raíces en una escuela en concreto: en el budismo theravada, o el budismo del linaje de los antiguos.
Fue en Tailandia y dentro de este contexto donde se escribió “El libro de los poemas del gato” o el Tamra Maew, conservado a día de hoy en la biblioteca Nacional de Bangkok como un auténtico tesoro a preservar. En sus antiguos papiros pudo leerse una encantadora historia donde se contaba que, cuando una persona había alcanzado los niveles más altos de espiritualidad y fallecía, su alma se unía plácidamente al cuerpo de un gato.
La vida podría ser entonces muy corta o lo que la longevidad felina permitiese, pero cuando llegaba el final, esa alma sabía que ascendería a un plano iluminado. A su vez, el pueblo tailandés de aquella época, conociendo esta creencia, llevaba a cabo también otra curiosa práctica…
Cuando un familiar fallecía, se le enterraba en una cripta junto a un gato vivo. La cripta tenía siempre un agujero por donde el animal podría salir, y cuando lo hiciera, daban por sentado que el alma del ser amado ya estaba en el interior de aquel noble gato… De este modo, alcanzaba la libertad y ese sendero de calma y espiritualidad capaz de preparar a esa alma, para el camino posterior hacia la ascensión.
Los gatos y la espiritualidad
Dicen de los gatos que son como pequeños monjes meditativos capaces de traer la armonía a un hogar. Para la orden budista de Fo Guang Shan, por ejemplo, son como personas que ya han alcanzado la iluminación.
- Los gatos son seres libres que beben cuando tienen sed, que comen cuando ienen hambre, duermen cuando sienten sueño y hacen lo que se debe hacer en cada instante sin necesidad de complacer a nadie.
- No se dejan llevar por el ego, y algo especial de estos animales según esta rama del budismo, es que los gatos aprendieron a sentir al hombre desde eras muy lejanas en el tiempo, en cambio, las personas aún no han aprendido a sentir al gato en el presente.
- Son leales, fieles y afectuosos, pero sus muestras de cariño son íntimas y sutiles, y aun así, tremendamente profundas. Solo aquellos que sepan ahondar en su interior, con respeto y dedicación, gozarán de su amor inquebrantable, pero las personas que sean desiguales o que eleven a menudo su voz para gritar, jamás serán de su agrado.
Para concluir, sabemos que no hace falta recurrir a los textos budistas para entender que los gatos son especiales, que sus miradas nos transportan a universos introspectivos, que con sus extrañas posturas nos invitan a practicar el yoga, que son un ejemplo de elegancia y equilibrio… Los queremos y hasta los veneramos y, aunque ellos mismos se crean auténticos dioses recordando quizá sus días en el Antiguo Egipto, es algo que les permitimos con orgullo.
Todos disponemos de nuestras propias historias con estos animales, momentos inolvidables que nos han permitido disfrutar de pequeños instantes cargados de magia y autenticidad. Esos que seguramente sirvieron de inspiración para hilar esta hermosa leyenda budista que quedó impresa en tinta, papel y misticismo. La misma que hoy hemos querido compartir en nuestro espacio contigo.
“El tiempo pasado con gatos nunca es tiempo perdido.” – Sigmund Freud
Fuente: Valeria Sabater: La mente es maravillosa
Hacía mucho tiempo que no entraba a este sitio, a mi sitio, al sitio de todos los que como yo aman incondicionalmente a los gatos, y qué placer al encontrar que siempre hay cosas nuevas e interesantes sobre nuestras bellas mascotas. Felicidades a Zoila por compartir con todos tan bonita leyenda y muchas gracias una vez más para aquellos que hacen posible que este sitio exista y que cada día cobre más seguidores.
Saludos
Yanelys
Buenos dias a todos los asociados, ayer por primera vez me conecte y lei los artículos de este sitio, conocía que existe la asociación pero no de este sitio, y por casualidad lo encontré. Soy una persona que desde mi nacimiento siento un incontrolable amor y pación por los gatos, siempre han sido mis mascotas y he tenido hasta mas de dos, ellos sienten la misma atracción por mi y creo que hasta asumen que yo soy su mamá, me han demostrado el amor y me han dado el cariño que sólo se puede encontrar en los seres humanos mas allegados, dígase madre, padre, hermanos e hijos. Cuando se me mueren los lloro y me enluto por dias, además de que siempre reciben sepultura en el propio patio de mI casa. Por estas conductas he sido objeto de críticas y hasta de comentarios que provocan risa, lógicamente de personas que no tienen el mismo sentimiento y atracción como yo. Soy de profesión abogada, tengo 47 años, 25 años de tranbajo y de ellos 16 en una gran empresa, mi trabajo es de mucha responsabilidad y por ello creo que este sentimiento en nada tiene que ver con un problema de carácter o algo anormal. Quisiera tener comunicación con ustedes, saber si existe en las Tunas, municipio Puerto Padre alguna asociación similar, me gustaria relacionarme con personas con quien pueda conversar de este tema
Precisamente este año estamos celebrando nuestro XXV Aniversario y el próximo domingo tendremos una de las dos exposiciones que realizamos cada año. El trabajo no ha sido fácil, pero estamos satisfechos de los resultados, en estos momentos somos una organización fuerte, con una membresía muy entusiasta y gran aflujo de jóvenes últimamente. Sobre los tontos que se rien de Ud., !!ALLA ELLOS QUE SE PIERDEN EL CARIÑO DE ESTAS EXTRAORDINARIAS CRIATURAS!!. No, no tenemos ninguna filial en Las Tunas, pero siempre que se quiera comunicar con nosotros, en el sitio podrá encontrar nuestras direcciones.
Mi mensaje va para Amelia Quintana por si vuelve entrar al sitio pueda verlo y como siempre muchas gracias al lider, al padre de esta Asociación el Dr. Uriarte, y por supuesto también gracias para quienes hacen posible que el sitio y sus mensajes lleguen a todos.
Amelia al igual que usted soy jurista, pero no estoy en el ejercicio de la profesión, al igual que usted amo, creo que desde que nací, a los gatos, tengo la módica suma de 5, he sentido la pérdida de mi gata de 19 años como la del familiar más querido (Está en Galería, se llama Misa) y de loca me han llamado más de una vez, y otros cuentos, que ni le voy a hacer, tengo hija, esposo, familia, trabajo importante, todo lo cual genera mucha responsabilidad y tiempo, pero cuidar de mis gatos y dedicarle un espacio del día para mi representa un placer que nadie que no sienta esta pasión puede imaginar, ayer por razones de fuerza mayor no pude asistir a la mini Expo de primavera, pero a la de diciembre no dejaré de asistir, espero que tenga la oportunidad de verla, hay que asistir para sentir en carne propia un evento de tan alto contenido afectivo.
Saludos
Amigos de la ACAG, igual que usted AMO a los gatos son criaturas increibles, maravillosas. Ahora por primera vez pude adoptar una gatica, y estoy ENCANTADA con ella, es literalmente el centro de atención de todos en la familia, nos ha robado el corazón con sus travesuras y su gracia, para mí, que he tenido que afrontar situaciones personales difíciles, mi Sofi ha sido una gran compañera. Es realmente un privilegio contar con una Asociación que ayude a conocer y cuidar a esta maravilla de la naturaleza que son los gatos.
Dr. Angel, quiero agradecerle otra vez por su pronta respuesta y por la oportunidad que nos brinda a los que como yo amamos a los gatos y gracias por este sitio maravilloso.
Por casualidad he visto este sitio y me he interesado porque a pesar de sentir predilección por los perros, los gatos también me gustan, aunque jamás pensé tener uno en mi apartamento porque tengo 3 perritos que también he recogido en la calle y hace tres meses más o menos que encontré en la calle a una gatita abandonada; pienso que tendría 2 o 3 semanas de nacida. En cuanto vio a mis perros ni se inmutó, como si hubiera estado con ellos toda la vida. Hizo pipi y caca en la rejilla de la bañadera y yo, al ver esos «modales» pués la dejé a vivir en casa.La alimentábamos con una jeringuilla y dormía en la cama. Lo malo vino después: Es muy revelde y no se deja acariciar, muerde a los perros, se sube encima de «todo». Ya he tenido que bajarla de encima del refrigerado, del televisorr; no me ha dejado una flor en los búcaros y cuando voy a acariciarla me muerde y me saca sangre o me vela que yo pase y me muerde las piernas – en casa le decimos » la presilladora»jajjajaj. Yo pienso que ese comportamiento no es normal. Parece que está loca. A veces corre por todo el apartamento, se sube en los muebles, coge alguna bola de pan y se pone a jugar con ella, destroza papeles, se mete de cabeza en el cubo del baño o en cualquier jarro, chapapotea en el agua cuando limpio o me baño, camina por el borde del balcón (vivo en un 4to. piso) y como ha crecido pues ahora salta del balcón al muro que da para la escalera y baja hasta el 3ro., en fin, toda una locura. Ya tiene 4 meses y no sé qué hacer con ella, porque a pesar de que le hemos cogido cariño no hay forma de que se esté tranquila y nos dolería tener que abandonarla a su suerte porque la hemos malcriado tanto que no sabe a penas ni comer como lo hacen los demás gatos. ¿Qué opinan ustedes?
Igual que con los humanos, en los gatos hay individualidades. El comportamiento de su gatica es típico de algunos cachorros, que cuando crecen se «formalizan», pero hay algunas normas de convivencia que tiene que enseñarle desde ahora, pues cuando crezca si no las corrige, será un verdadero problema. Todo lo que Ud. quiera que no haga, debe de «reprimírselo» asustándola con un periódico, golpeando el suelo al lado de ella, con un NO fuerte y autoritario. No debe permitir que la ataque, ni muerda, aunque en los cachorros, utilizan sus dientes para jugar. Tiene que tener paciencia, pero no le haga daño físico, ellos responden mejor al susto, que a los golpes.
Gracias, trataré una vez más de enseñarle, aunque me da risa, porque la regaños sale corriendo y regresa tan fresca como una lechuga. Anoche tuve que apagar la luz de la cocina y dejar la casa a oscuras porque esta gatita es una loca tratando de coger mariposas o cualquier bicho que vea. Al amanecer siento un ruido y la encontré encima del armario jajajaj. Ya no tengo dónde esconder las pocas flores que me quedan. Cuando sacudo la cama, allí está ella revolcada en las sábanas; trato de acariciarla y no hay forma, me muerde, la regaño y es como si nada ¡Es que no se deja querer! Y para mí eso es lo primordial, doy amor a mis mascotas y deseo recibir de ellas al menos la gratitud de que comen y viven bien y que se les adora. Cuando único se deja acariciar es cuando tiene hambre y le damos la comida.Mi apartamento se ha convertido en un campamento gitano, esperando día a día a que crezca y cambie como me dice la gente y ahora ustedes y temo a eso, temo a tener que se sentir el dolor de abandonarla en cualquier lugar y me la imagino maullando desesperada, porque a pesar de todo, parece más un perro indefenso que un gato.
Estoy seguro que eso último no sucederá, ella se formalizará, pero edúquela con paciencia.